Cualquiera que haya paseado alguna vez por uno de los numerosos pasajes cubiertos de la capital sabe que desprenden una atmósfera muy especial. Restos del París de antaño, fascinan por su belleza y su historia. A lo largo de sus vidas, han surgido muchas anécdotas, a veces teñidas de misterio. ¡Te lo contamos todo sobre ellos!
Cita para enamorados en el Pasaje Jouffroy
El encanto romántico del Passage Jouffroy siempre ha sido el telón de fondo perfecto para las historias de amor. En el siglo XIX, George Sand y Frédéric Chopin se reunían en esta discreta galería, intercambiaban apasionadas cartas y pasaban las noches en el Hôtel des Familles (actual Hôtel Chopin) Hotel Chopin). El pasaje, testigo de pasiones secretas, ha visto nacer famosos romances que aún resuenan hoy en día.
El primer pasadizo cubierto de París
Inaugurado en 1799, el Pasaje de los Panoramas fue el primer pasaje cubierto de París. Su construcción fue revolucionaria para su época, ya que ofrecía a los transeúntes protección contra los elementos, al tiempo que creaba un espacio dedicado al comercio. Entre sus primeras tiendas había comerciantes de moda, libreros y tiendas de curiosidades, lo que contribuyó a dar forma al singular carácter comercial de este pasaje.
El extraño residente de la Galería Vivienne
La galería Vivienne acogió a un personaje singular en el número 13 de 1840. Aquí vivióFrançois Vidocq, antiguo presidiario que llegó a ser jefe de la Sûreté bajo Napoleón I. Inteligente y conocedor del mundo criminal, Vidocq fue elegido por el Emperador para organizar redes de informadores. Reconocido por sus habilidades, garantizó la estabilidad interna del Imperio y frustró ataques durante 17 años. Por otra parte, persiste la leyenda de un pasadizo subterráneo que une la Galería Vivienne con el Palacio Real, aunque nunca ha sido confirmada por descubrimientos reales.
El primer restaurante indio de la capital
Conocido como la «Pequeña India» de París, el Pasaje Brady es famoso por sus restaurantes indios y sus tiendas de comestibles exóticos. Inaugurado en 1828, este pasadizo ofrece una auténtica inmersión en la cultura india, con sus aromas picantes y sus platos exóticos. Se ha convertido en el lugar favorito de los amantes de la comida de todo el mundo en busca de sabores auténticos. Incluye el Passage de Pondichéry, ¡el primer restaurante indio de la capital!
Rodeo en el Pasaje de los Panoramas
En el 22 passage des Panoramas encontrarás Lombem cuyo nombre procede del argot carnicero. Aquí podrás deleitarte con magníficos cortes de carnicería en un ambiente cálido y acogedor. Pero para los más aventureros, ¡incluso puedes disfrutar de un rodeo con Marguerite, la vaca loca eléctrica del bar oculto del establecimiento!
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