¿Quién iba a pensar que un remanso de paz y una estación balnearia como ésta podrían encontrarse a menos de una hora de París? Saint-Mammès, en la región de Seine-et-Marne, es un remanso de paz que bien merece una visita de fin de semana. Con su pintoresco puerto y sus bonitas y bucólicas calles, no sabrá dónde meterse.
Saint-Mammès: el bonito pueblo a orillas del Sena
No hace falta irse al otro extremo de Francia para encontrar un lugar tranquilo y relajante. A menos de una hora de París se encuentra un pueblo encantador y poco conocido, cuyas aguas le arrullarán allá donde vaya… Bienvenido a Saint-Mammès.

Este pintoresco pueblo, enclavado en Seine-et-Marne, siempre ha sido un refugio para los parisinos en busca de un poco de paz y tranquilidad. El pueblo tiene mucho que ofrecer, con sus encantadoras calles y sus relajantes paseos por los muelles. Saint-Mammès es un auténtico pueblo de barqueros en la confluencia de los ríos Sena y Loing, con un fuerte vínculo con el agua. El río ha permitido el desarrollo del pueblo a lo largo de los siglos gracias al comercio fluvial, otorgándole un lugar especial en la historia del transporte fluvial. Esta encrucijada fluvial estratégica interesaba incluso a los vikingos, que sin duda habrían ocupado la zona.

Aquí encontrará un ambiente apacible y tranquilo, propicio para la paz y la relajación. No es de extrañar que el pueblo haya sido uno de los lugares preferidos de intelectuales y artistas. De hecho, Alfred Sisley quedó tan prendado del pueblo que pintó aquí más de 200 cuadros impresionistas. Aún hoy se puede ver toda la belleza y poesía de la zona reflejada en su arte.

Mientras esté aquí, tómese su tiempo para explorar la estación fluvial, que ahora es una popular parada para los navegantes. También puede pasear por los muelles, donde el Paseo Sisley rinde homenaje al pintor con un estimulante paseo artístico.
En resumen, ¡hay tantas razones para visitar esta adorable ciudad!