Al igual que la Cité Durmar y la Villa Santos-Dumont, la rue des Thermopyles es uno de esos rincones poco conocidos de París para los que se podrían recorrer kilómetros. Tranquila, virgen y colorida, esta callejuela adoquinada de ambiente bucólico se encuentra en el barrio de Plaisance y es testigo de su pasado de pueblo limítrofe con la gran ciudad. Acompáñenos a descubrir este tesoro escondido del distrito 14.
Un remanso de paz en el distrito 14
A lo largo de sus 280 metros de longitud, podrá deleitarse con la exuberante vegetación que le rodea. En las paredes, a lo largo de las aceras y junto a las ventanas, la vegetación está por todas partes. Entre la hiedra trepadora, la glicinia invasora y las numerosas plantas cuidadosamente colocadas en las jardineras, es una auténtica jungla urbana a la que nos vamos acostumbrando poco a poco. Entre la rue Raymond-Losserand y la rue Didot, la callejuela es una delicia para pasear y ofrece a los fotógrafos un tema realmente suntuoso.
Como muchas callejuelas pintorescas del campo, la calle des Thermopyles conserva las huellas de su pasado obrero y modesto. Aquí se conservan las casas típicas del antiguo pueblo de Plaisance, y el encanto del lugar sigue intacto.
Pequeñas casas de campo, antiguos talleres y minijardines forman un conjunto ecléctico y estéticamente agradable. Pero lo que realmente nos enamora de este insólito pasaje son sin duda los detalles y los colores. Una fachada completamente turquesa, una pequeña puerta amarilla, un letrero deliciosamente retro o una obra de arte callejera: son muchas las curiosidades que se esconden a lo largo de los adoquines de la rue des Thermopyles.
¿Y quién no aprecia la calma olímpica que reina en este pequeño paraíso al aire libre? Olímpica, como el heroísmo de Leónidas y sus 300 espartanos en la batalla de las Termópilas contra los persas invasores en el 480 a.C. Fue este valor el que inspiró a Alexandre Chauvelot, el promotor que abrió el pasaje en 1859 y le dio el nombre de la batalla.
Calle de las Termópilas – 75014