Ridiculizado a diario por sus (muy) numerosos usuarios por su suciedad, su falta de puntualidad y su saturación, el metro de París es a menudo objeto de críticas, y a veces con razón. Sea como fuere, si damos crédito a este estudio de la web Bounce, la red de transportes de la capital es una de las que peores resultados obtiene en el Viejo Continente. ¿Por qué se desprecia tanto el sistema ferroviario parisino? Averigüémoslo.
El metro de París, entre los peores de Europa según este estudio
Desplazarse por las grandes capitales puede ser a veces todo un reto, sobre todo cuando se utiliza el transporte en hora punta. Sin embargo, a pesar de los inconvenientes cotidianos, es difícil pensar en una forma más práctica de moverse por la jungla urbana que el metro. Teniendo en cuenta estos factores, Bounce, empresa especializada en transporte y viajes, ha elaborado una clasificación de los mejores y peores metros de Europa.
Para llegar a esta clasificación, la empresa ha realizado un estudio, barajando un gran número de criterios relacionados con la movilidad. El número total de estaciones, la longitud en kilómetros de toda la red, el número de pasajeros anuales y la calidad de las opiniones de Google han sido examinados con lupa para clasificar los sistemas de transporte de las capitales europeas.
Y mientras que los mejores metros de Europa se encuentran en Oslo, Sofía y Atenas, no puede decirse lo mismo de la capital de Francia, que se sitúa entre los 5 peores sistemas de transporte, según el estudio. Con su gran número de estaciones y la cobertura de su red, París destaca positivamente sobre las demás ciudades, pero su enorme número de pasajeros (1.400 millones al año) y, por tanto, su masificación son un gran punto negro en la calificación. Otro factor determinante es la higiene, en general deplorable, tanto en los pasillos como en los trenes de metro. Por último, la omnipresencia de los carteristas es otro factor que no juega a favor de la Ciudad de la Luz.
En definitiva, se trata de un análisis poco halagüeño de los medios de transporte de París. Sin embargo, otras ciudades, como Budapest, Bruselas y Roma, salieron aún peor paradas.