Con las temperaturas otoñales del momento, es más que tentador tomarse un momento para uno mismo. ¿Por qué no disfrutar de un buen chocolate caliente, envolverse en una manta y ahuyentar la melancolía lo mejor posible? Para ponerle de buen humor, hemos encontrado una dirección muy acogedora donde podrá relajarse: un magnífico café muy acogedor escondido en el distrito 1 de París. Se llama Café Verlet. Un lugar muy conocido por los amantes del café y el té, donde podrá disfrutar de finos vinos de todo el mundo a cualquier hora del día. Es un lugar único, ¡ya que se trata de la tetería más antigua de París!
Verlet: el café más antiguo de París
Esta cafetería, situada en la calle Saint-Honoré de París, es un punto de encuentro para los amantes del café desde 1880. En aquella época, el café se tuestaba en la misma acera, delante de la tienda, y era uno de los pocos de tan alta calidad. Los granos, procedentes de América, las Antillas y África, se «quemaban» hasta que revelaban su típico color de tueste: la túnica de monje. Rápidamente, la excepcional calidad de los productos causó sensación y el café se convirtió en un hábito del que disfrutaban nobles e intelectuales por igual.

Pero fue a partir de 1921 cuando la tienda experimentó un gran cambio, transformándose en un elegante salón, donde los amantes del café y los viajeros acudían a sentarse. El propietario de la época, Auguste Woehrlé dit Verlet, disfrutaba creando mezclas de café inspiradas en sus viajes. El éxito fue inmediato.
Verlet fue el primer pionero que tuvo la audacia de tostar y servir el café origen por origen. Así nació un Brasil puro, un Colombia puro, un Kenia puro y otras cosechas raras que revelan toda la riqueza de sus terruños. Hoy en día, su taller de torrefacción, situado detrás del jardín del Palais-Royal, sigue transformando cada grano de café en una gota de felicidad.
Un café con pastas típicas francesas
Además de la treintena de cafés y la cuarentena de tés que se pueden degustar en el establecimiento o para llevar, Verlet ofrece una serie de delicias que sería una pena no probar. Gofres, torrijas, croque-monsieur… pero también un buen surtido de bollería francesa: éclairs, saint-honoré, milhojas, baba au rhum… Delicias para saborear a lo largo del día, a la hora del almuerzo o de la merienda.

Una dirección maravillosa, aún demasiado poco conocida, ¡que le recomendamos encarecidamente que pruebe!
📍 Ubicación: 256, Rue Saint Honoré, París, Francia 75001