Mientras todo París sigue conmocionado por el robo que sacudió el Louvre el domingo por la mañana y por las noticias que siguen llegando, las declaraciones de un antiguo investigador especializado echan tierra sobre la situación. Para Janpiet Callens, que durante muchos años persiguió a los traficantes de arte en el marco de una unidad especializada en Bélgica, las posibilidades de volver a ver estas piezas son muy escasas, según una entrevista concedida al medio belga 7sur7.
Piezas tan valiosas que no se pueden vender
El domingo por la mañana, cuatro ladrones irrumpieron en la famosa Galerie d’Apollon, donde se guardan las gemas reales, utilizando una simple escalera. Aunque los tres diamantes más famosos (el Regente, el Sancy y el Hydrangea) estaban a salvo, los ladrones se llevaron otros ocho tesoros. Entre ellos, el collar del juego de joyas de Marie-Amélie y Hortense con zafiros y diamantes, y otros objetos de los juegos de joyas de Marie-Amélie y Hortense … Según el Ministerio de Cultura francés, el Louvre adquirió el gran nudo del corpiño de la emperatriz Eugenia en 2008 por 6,72 millones de euros. Una suma colosal… En cuanto a la suntuosa corona de la emperatriz Eugenia (1.354 diamantes y 56 esmeraldas), se encontró dañada cerca del museo.
Estas joyas, calificadas en todas partes de «inestimables», valen más que su metal y sus piedras: son ante todo marcadores de la historia, y es esta misma fama la que complica cualquier reventa y, por tanto, cualquier esperanza de recuperarlas. Y lo que mina cualquier esperanza de reconstitución intacta es que, según los especialistas, una joya demasiado conocida se vuelve prácticamente invendible en su estado actual. Está demasiado bien fotografiada, es demasiado identificable … Y el hecho de que el robo haya sido ampliamente cubierto por los medios de comunicación no ayuda en nada.
«Estas piezas probablemente serán desmanteladas».
Tras el robo del Louvre, los expertos advierten de lo que puede ocurrir a continuación. «Estas piezas serán probablemente desmontadas», explica Janpiet Callens. Para los ladrones, la opción más realista sería descomponer y transformar las joyas, fundiendo los metales, volviendo a montar las piedras y esparciendo las piezas para borrar toda trazabilidad. Sin embargo, no hay que descartar la opción de un robo por encargo o una posible petición de rescate por parte de los ladrones, aunque por el momento parezca poco probable.