Cuando hace buen tiempo, muchos parisinos acuden a La Baule y a su gran playa. Pero si se aleja 10 km, encontrará una pepita de oro poco conocida y llena de encanto: Piriac-sur-Mer. Una ciudad costera llena de carácter, perfecta para desconectar.
Un pueblo costero con carácter cerca de París
Con sus encantadoras casas de granito, sus calles bordeadas de hortensias, su puerto típico, su camino costero y su playa de arena blanca, Piriac-sur-Mer es un destino poco conocido por los turistas. Y menos mal, porque si quiere descubrir un pueblo pintoresco alejado de las multitudes y disfrutar de un paisaje digno de postal, este es el lugar donde debe dejar las maletas este verano.
Escondido en el Loira-Atlántico, este lugar le hará cambiar de aires al instante. Aquí es donde los artistas más famosos fueron a meditar, encontrar la inspiración y, sobre todo, descansar: Emile Zola, Flaubert y Alphonse Daudet… todos ellos se enamoraron de este pueblo remoto, escondido entre las rocas. Simple pueblo de pescadores, el destino de Piriac-sur-mer cambió en 1850, cuando se convirtió en una popular estación balnearia. Gracias al tren, el pueblo se hizo cada vez más popular entre los navegantes que venían a disfrutar de su playa y su encantador entorno.
Si le gusta caminar, no le faltarán vistas espectaculares desde las playas y calas. De hecho, el sendero costero de la ciudad le llevará en un bucle de 10 km hasta la Pointe du Castelli. Un magnífico paseo, entre tierra y mar, donde el rocío marino acariciará sus fosas nasales y deslumbrará sus ojos.
Una invitación a pasear lejos de las multitudes este verano.