Hoy, después de contarte todo sobre Kaysersberg, Cassel o incluso Ploumanac’h te traemos un nuevo pueblo favorito de los franceses con Cordes-sur-Ciel. Es un lugar intemporal, una maravilla que Camus admiraba. Su excepcional patrimonio, marcado por imponentes fortificaciones y numerosas puertas, nos sumerge en el corazón de un panorama verdaderamente mágico
Cordes-sur-Ciel: un pueblo francés favorito a poca distancia en tren de París
Con 800 años de historia, cada paso que damos en la ciudad revela un patrimonio único. Fundada en noviembre de 1222, se considera una de las primeras «bastidas» de la región. Los adoquines nos conducen a un lugar emblemático del patrimonio europeo, donde las fachadas esculpidas, magnificadas por el tiempo y el arte gótico, nos invitan a mirar hacia arriba. A su belleza se une su rica historia, donde el arte, la cultura y la historia se entretejen armoniosamente.
La Halle, construida en 1350 para el comercio de tejidos y cuero, simboliza la prosperidad de Cordes sur Ciel. El «pozo» de cien metros de profundidad de Cordes y la cruz de hierro forjado contribuyen a la atmósfera mística. Enfrente, la Maison du Grand Fauconnier, ampliada por las Maisons Prunet y Carrié-Boyer, se alza con elegancia intemporal.
Las calles principales rebosan de formas y colores, proporcionando un telón de fondo para la creatividad de los artistas que han establecido aquí su hogar. Las galerías de arte te invitan a explorar pinturas, esculturas y cerámicas, que revelan mundos imaginarios. Conoce a artistas apasionados, dispuestos a compartir los secretos de su trabajo.
Cordes sur Ciel no sólo te ofrece un viaje cultural, sino que también te invita a explorar la campiña circundante. Escalada, accrobranche, senderismo, piragüismo… hay muchas opciones para los amantes de la aventura. En el corazón de la finca Garissou, por ejemplo, un bosque de robles centenarios ofrece diez recorridos accrobranches para todos los niveles, que garantizan una aventura memorable.
También se ofrecen especialidades locales para satisfacer a los gourmets. Delicatessen, restaurantes, panaderías… cada rincón de la ciudad ofrece una experiencia gastronómica única, que enriquece cada visita. Cordes sur Ciel, con su mezcla de historia, arte, naturaleza y gastronomía, es una invitación a maravillarse.
En resumen, Cordes sur Ciel es una joya suspendida en el tiempo, que ofrece al visitante una mezcla única de historia, arte, naturaleza y delicias gastronómicas. En sus calles empedradas resuenan los ecos de 800 años de historia, mientras que sus fachadas góticas y estudios de artistas dan testimonio de la riqueza cultural de esta ciudad medieval. Tanto si tomas el trenecito para llegar a las cumbres como si exploras los senderos naturales, cada rincón de Cordes sur Ciel te revela una nueva aventura. ¡Ven y descúbrelo por ti mismo!
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