El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril a la edad de 88 años. Tras este triste anuncio, llegaron homenajes de todo el mundo, incluido París. Además de dos misas y una vigilia, las campanas de Notre Dame repicaron 88 veces, haciéndose eco de los 88 años de vida del pontífice. El lunes por la noche, la Torre Eiffel también permaneció apagada, en memoria del Jefe de la Iglesia católica. Pero, ¿sabía que el Papa Francisco nunca había estado en París en sus 12 años como pontífice? ¿A qué se debe?
¿Por qué el difunto Papa Francisco nunca visitó París? ¿Y por qué declinó la invitación cuando se reabrió Notre Dame?
Puede que no lo sepa, pero el último Papa que visitó París fue Benedicto XVI. En 2008, visitó la Ciudad de la Luz en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio. Visitó Notre Dame de París, mucho antes de que se incendiara en 2019. Antes que él, Juan Pablo II también había visitado París, sobre todo en 1997, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Pero en doce años de pontificado, el difunto Papa Francisco nunca pisó París. El 8 de diciembre de 2024, incluso declinó una invitación del Elíseo y de la diócesis de París, que esperaban su presencia simbólica en la reapertura de la catedral de Notre Dame. ¿El motivo? Según el Papa, el acto era para dar a conocer la catedral, no su presencia. Además de hacer gala de una gran humildad, el Papa Francisco también evitó los grandes encuentros con los medios de comunicación.
La capital francesa y el Papa Francisco: ¿la historia de un desamor?
Marsella, Estrasburgo, Ajaccio… En total, el Papa Francisco ha realizado tres visitas pastorales a Francia, pero ninguna a París. Su última visita a Francia fue el 15 de diciembre de 2024, cuando visitó Ajaccio, en Córcega, por primera vez en su pontificado. La elección entre Córcega y la capital francesa le pareció obvia. Con sus cantos sagrados y su piedad popular, la isla de la belleza se ajustaba más a su visión modesta y descentrada de la Iglesia. Una Iglesia cercana a la gente, lejos de los focos de las grandes capitales.
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha privilegiado los destinos periféricos, aquellos a los que no siempre han ido otros papas. Países en guerra, regiones pobres o marginadas, como Irak, la República Centroafricana o Mongolia. Para él, cada viaje tenía que llevar un mensaje fuerte. Un mensaje que no encontraba necesariamente en las grandes ciudades. En resumen, aunque el Papa Francisco nunca ha dicho explícitamente por qué nunca ha estado en París, los argumentos expuestos anteriormente ofrecen algunas pistas.