Todos conocemos el castillo de Versalles, sus jardines y su magnífico Salón de los Espejos. Este verano, la galería ha recuperado todo su esplendor barroco. El resultado es una configuración más auténtica, fiel a su historia.
El Salón de los Espejos del Castillo de Versalles ampliado
Puede que no se haya dado cuenta, pero el Salón de los Espejos, conocido por sus tres hileras de majestuosas lámparas de araña, no siempre fue así… En tiempos del Rey Sol, esta escenografía sólo se favorecía en las noches de baile, cuando la galería se transformaba para acoger a los bailarines y artistas de la velada. Desde los años 70 hasta nuestros días, así se presentaba el Salón de los Espejos a los visitantes de todo el mundo.
En aquella época, la galería se adornaba con veinte lámparas de araña y veinticuatro antorchas con girándolas, recordando el marco luminoso y festivo de la boda de Luis XVI y María Antonieta. Se trata de un cambio histórico, ya que esta disposición sólo se produjo una docena de veces durante el Antiguo Régimen. Además, el número y la disposición de las lámparas de araña variaban con cada evento….. En otras palabras, esta no era necesariamente la forma históricamente más exacta de descubrir los locales.

Este verano , se ha instalado una única hilera central de lámparas de ara ña para unificar el conjunto. El diseño recuerda al del palacio que se convirtió en sede de la Corte y el Gobierno del Reino de Francia en 1683. Su ligereza permite aprovechar el efecto de profundidad producido por los numerosos espejos de la sala, así como las vistas sobre los jardines. Además, podrá admirar la obra maestra de Charles Le Brun que adorna el majestuoso techo abovedado. Anteriormente oculta por las numerosas lámparas de araña, esta imponente obra celebra las hazañas del Rey Sol, combinando alegorías políticas y referencias mitológicas. Un nuevo sistema de iluminación le permitirá admirar sus detalles y vivos colores.

Una escenografía inédita que ya podrá descubrir en su próxima visita al palacio del Rey Sol.