Mientras el mercurio sigue subiendo en la capital, todos soñamos con una escapada fresquita a la playa. Pero, ¿y si le dijéramos que existe una playa escondida, a sólo 4 horas de París en tren, bañada por aguas cristalinas de color turquesa? Una playa de arena blanca e inmaculada, lejos de las aglomeraciones estivales. Partamos juntos a descubrir esta pepita marina bretona, tan secreta como deslumbrante. Un pequeño remanso de paz que rivaliza en belleza y serenidad con las idílicas playas de las Seychelles o las Maldivas.
Una playa de arena blanca que nada tiene que envidiar a las de las Maldivas… ¡a tiro de piedra de París!
Béniguet es un paraje natural a orillas del Aber-Benoît, en el corazón del Finisterre Norte, concretamente en Saint-Pabu. Aquí, Bretaña se vuelve caribeña: las dunas abrazan el océano, los bancos de arena dibujan bellas curvas y el mar se adorna con mil reflejos azules. Más que un escenario de postal, este paisaje de ensueño es como un cuadro en movimiento, que cambia con cada marea, como una acuarela viva.
Y llegar al corazón de esta joya bretona merece la pena. La playa es accesible por un estrecho sendero y carece de servicios turísticos (ni aseos ni duchas). Sólo está el mar, la arena, el cielo… y es todo lo que uno sueña, en realidad. Sí, ése es el encanto de la hermosa playa de Béniguet: una inmersión en la pura naturaleza bretona. De hecho, con la marea alta, la arena desaparece casi por completo, dejando sólo una fina cinta dorada entre las dos aguas. Otra belleza natural notable es el seto de hortensias en flor que bordea la playa, ofreciendo a los espectadores un telón de fondo digno de un cuadro impresionista.
Riqueza de biodiversidad
Si viene a Béniguet para bañarse en el mar translúcido y relajarse en la cálida arena, también se quedará por su excepcional fauna. Las aguas dulces y saladas albergan numerosos cangrejos, estrellas de mar, anémonas e incluso algún delfín. Esta playa de ensueño también está bordeada por la isla del mismo nombre, l’îlede Béniguet. De 2 km de largo, está clasificada como reserva natural desde 1993 y está prohibida al público, a excepción de sus playas. La isla cuenta con una flora rara y bien conservada. Col de mar, paciencia de roca, líquenes milenarios… Mil bellezas naturales esperan la mirada del esteta.
Un yacimiento arqueológico en la isla de Béniguet
Béniguet es también un yacimiento arqueológico fascinante. En 2021, los investigadores se instalaron aquí en busca de vestigios. Y los descubrimientos han sido fructíferos: huesos esculpidos, cerámica de la Edad de Bronce, cráneos prehistóricos… ¡e incluso un increíble mosaico de conchas! Tantos descubrimientos que dan testimonio de una vida humana rica y antigua, enterrada en las dunas desde hace más de 4.000 años…
Una playa de arena blanca y aguas turquesas no muy lejos de París.Una postal, entre mar y cielo…
Una playa de arena blanca como en las Seychelles o las Maldivas, a tiro de piedra de París, ¿en serio? Sí, este dulce sueño se hace realidad en Béniguet, una playa al abrigo del mundo. Es una isla de frescor donde bañarse, contemplar y dejarse llevar. Lejos del bullicio de la ciudad, esta pepita de naturaleza salvaje parece un refugio. ¿Está listo para plantar su sombrilla en la arena blanca de esta sublime playa bretona?
📍 ¿Dónde? Saint-Pabu, Finisterre Norte
🕝 A unas 4 horas de París en tren
🌊 Consejo: comprueba los horarios de las mareas antes de ir