
De Venecia a Budapest, pasando por las islas de Tenerife y Madeira, sin olvidar Andalucía… Europa rebosa de destinos ideales para un viaje barato, un cambio de aires de una semana o un fin de semana largo. Así que hemos recopilado nuestros 10 mejores destinos en Europa para ir en enero, febrero o marzo. Así que, ¡a hacer las maletas!
1. Descubra Sicilia desde otra perspectiva
Imagine Sicilia sin atascos, colas ni multitudes que estropeen sus fotos. Todo esto es posible en temporada baja. Además, podrá disfrutar de vuelos y alojamientos mucho más baratos que en verano. Podrá explorar las ruinas grecorromanas a una temperatura de entre 10 y 18°C, bajo el sol. E incluso cuando llueve, hay muchos museos, castillos, teatros y edificios religiosos que visitar. Palermo, Taormina, Catania, Siracusa, Trapani… Si la isla abunda en tesoros arquitectónicos y culturales, también posee tesoros naturales. Le encantarán sus reservas, sus bonitas playas, sus encantadores puertos y sus pintorescos pueblos. ¿Busca unas vacaciones deportivas? ¿Qué le parece esquiar en el Etna? Una experiencia única.
2. Disfrute de la tranquilidad de las calles de Atenas
Con su incomparable patrimonio histórico, Atenas tiene muchos tesoros por descubrir. En invierno, disfrute de los yacimientos arqueológicos y los monumentos sin los turistas , o tómese un café en una de las encantadoras direcciones del centro de la ciudad. Si tiene tiempo, no dude en visitar las islas de los alrededores, como Egina. Con sus bonitos puertos pesqueros, sus calas cristalinas y sus magníficas playas, Egina es una auténtica isla griega a tiro de piedra de la capital. Otra opción para los amantes de la naturaleza: la romántica isla de Poros, a 1h15 en barco. Con sus exuberantes colinas verdes y sus bosques de pinos, es el lugar ideal para dar increíbles paseos con vistas al mar Egeo.
3. Tomar el sol en Andalucía
¿Busca un poco de sol en pleno invierno? Descubra las ciudades y pueblos de Andalucía. Déjese seducir por la majestuosa arquitectura de Sevilla y el emblemático palacio de Granada: la Alhambra. Empápese de la influencia árabe-musulmana de sus calles y jardines, y luego tome la carretera hacia Málaga: ¡diríjase a la playa! A continuación, recorra los museos y lugares de interés de la ciudad: Museo Picasso, Centro de Arte Contemporáneo, Alcazaba… En el sur de Andalucía, no se pierda los magníficos pueblos blancos costeros de Mijas y Nerja, y piérdase por sus callejuelas. ¡Un aire de Grecia en España! Para más evasión, diríjase a Sierra Nevada en coche, al estilo de un road trip americano. Cambio de aires garantizado.
4. Vivir un invierno típico en Budapest
Los inviernos en Hungría son innegablemente fríos. Sin embargo, bien equipado, es la estación perfecta para descubrir todo el encanto de Budapest. Vaya a la pista de patinaje sobre hielo del City Park y a la Ópera, y después disfrute de un paseo en tranvía antes de degustar la cocina tradicional húngara en el Gran Mercado Central. Si tiene previsto viajar en febrero, no se pierda el Farsang, el carnaval de Budapest: ¡el ambiente está garantizado! ¿Qué mejor manera de entrar en calor que aprovechando los magníficos baños termales por los que es famosa la ciudad? Diríjase al famoso Szechenyi o a los baños Gellert, Kiraly o Lukacs. Por último, para redondear un día estupendo, puede encontrar un pub en ruinas. Estos bares, ubicados en edificios abandonados, son imprescindibles para vivir al máximo el ambiente de la ciudad.
5. Déjese seducir por el encanto de Venecia y sus alrededores
Deje atrás las góndolas en Venecia… O mejor, ¡haga un viaje hasta allí a principios de año! Descubrirá todo su encanto paseando por sus coloridas calles. A menudo abarrotada de gente cuando hace buen tiempo, lo que puede dificultar la circulación, es mucho más tranquila en invierno. Hay más sitios para comer en los restaurantes y cafés, alojamientos más baratos o al menos más razonables, y menos colas… Disfrute de un viaje en el vaporetto, los barcos-autobús de la ciudad, o en góndola, antes de visitar el Palacio Ducal o la Basílica de San Marcos. También puede visitar las islas de Murano y Burano, famosas por su artesanía. Si tiene tiempo, tome el tren hacia Padua o Verona: ¡la ciudad de Romeo y Julieta le conquistará!
6. Sumérjase en un invierno subtropical en Madeira
Con su clima subtropical y su belleza, Madeira le encantará. En Funchal, la capital histórica, tome el teleférico para disfrutar de una espléndida panorámica de la bahía antes de visitar el jardín tropical Monte Palace Madeira, con plantas exóticas procedentes de los 4 rincones del mundo. Para bajar de nuevo a la ciudad, dé un paseo por las laderas en carreiros do monte, trineos de madera tirados por dos personas: ¡una experiencia única en el mundo! A lo largo de la costa, podrá disfrutar de hermosos paseos por playas de guijarros o de arena negra. Para los más deportistas, hay paseos para todos los niveles por las levadas, los canales típicos de la isla. Frente a la costa de Madeira, también podrá admirar ballenas, delfines y focas monje en una excursión en barco. ¡No se lo pierda!
7. Fingir que es Sissi en Viena
En enero y febrero,Viena se viste de gala . Repasa tus pasos de baile y mete en la maleta tu mejor vestido o smoking. No olvide comprar sus entradas con antelación para uno de los 300 bailes de la ciudad: ¡imprescindible! Si le gustan las actividades al aire libre, a los pies del Ayuntamiento hay una enorme pista de hielo al aire libre. Los más deportistas también pueden esquiar en Viena. Para entrar en calor, diríjase a los balnearios o hammams o a los magníficos cafés vieneses, como el Café Sacher o el Café Central. Un chocolate caliente, una Sachertorte de chocolate o un strudel de manzana le harán olvidar el frío.
8. Disfrute de las delicias de Malta, la isla de la miel
En familia, en pareja o con amigos, Malta es un destino ideal para un viaje barato a principios de año. Alojamiento asequible, visitas y paseos lejos de las multitudes, un clima favorable… Es el momento perfecto para disfrutar de los encantos de Malta, con sus bonitas calas, su grandiosa arquitectura y su deliciosa gastronomía. En la auténtica isla de Gozo, podrá pasear por sus bonitas playas de arena y disfrutar del azul del mar que la rodea. También podrá descubrir el rico patrimonio cultural de la isla, con sus yacimientos arqueológicos y su artesanía. De vuelta a la isla principal, es imprescindible visitar La Valeta, con sus pintorescas calles y museos. Pasee por las antiguas murallas, contemple los bonitos balcones malteses o disfrute del carnaval si viaja a finales de febrero.
9. Disfrute de una aventura al sol en Tenerife
Llena de contrastes y promesas de descubrimientos, la isla de Tenerife le garantiza unas vacaciones soleadas, ¡incluso en pleno invierno! Es una gran oportunidad para tomar el sol y disfrutar del mar en unas vacaciones baratas, ¡pero sería una pena limitarse sólo a estas actividades! No dude en alquilar un coche y hacer una pequeña ruta por la región: descubra el bonito pueblo de Viraflor o las pintorescas localidades de La Orotava y Garachico. Ideales para pasear por sus calles, visitar el mercado o disfrutar de una copa en la terraza. Si le gusta el senderismo, no se pierda la oportunidad de subir al volcán Teide, desde donde podrá contemplar la verde isla y admirar el océano. Otro punto de interés es el Barranco de Masca, con su inolvidable panorama. Natación, ciclismo, deportes acuáticos… La isla es un paraíso para los deportistas, pero igualmente ideal para holgazanear: ¡hay para todos los gustos!
10. Aproveche las fiestas de Praga
Febrero es el mes ideal para viajar a Praga, uno de los destinos europeos imprescindibles para unas vacaciones baratas. Además, es uno de los periodos en los que hay menos turistas. Los únicos inconvenientes son las temperaturas bastante frías, normales para esta época del año, y las noches tempranas. Basta con planificar el día y madrugar para aprovechar al máximo el ambiente de la ciudad. Carnaval de Bohemia, Masopust, fiestas locales e incluso San Valentín para los enamorados: ¡en Praga hay muchas celebraciones a principios de año! También podrá disfrutar de sus lugares de interés cultural, como el Castillo de Praga y los mercados, y degustar la gastronomía local. Deguste el gulash y otras sopas reconfortantes.